Ph: Adriana Villa
LA PAZZA
LA PAZZA
Mi hanno chiamato la pazza
la pazza con una lucciola sulla lingua.
la pazza con una lucciola sulla lingua.
Mi tirano pioggia su tetti
trasparenti
pietre dai supplizi colorati
pietre dai supplizi colorati
Mi lavano il muso con le
scimitarre
mi lanciano stracci, merda
le mie gambe si ritraggono
le voci mi soffocano i polmoni
mi lanciano stracci, merda
le mie gambe si ritraggono
le voci mi soffocano i polmoni
La pazza con una lucciola
sulla lingua
ha qualcosa da raccontarvi:
Si sono dichiarati rimedi ai calli
trincee delle unghie tagliate a metà.
ha qualcosa da raccontarvi:
Si sono dichiarati rimedi ai calli
trincee delle unghie tagliate a metà.
I pugni nella trachea
sono gli amanti della mia morfina
ma neppure i gomiti dell’odio
vacillano nella mia gola
si trovano lontano
con le loro decine di maschere
che si ossidano nel veleno del giorno.
sono gli amanti della mia morfina
ma neppure i gomiti dell’odio
vacillano nella mia gola
si trovano lontano
con le loro decine di maschere
che si ossidano nel veleno del giorno.
MADAME SOFIA
Matrona che cavalca gli
incontri
Con i fuochi che scoprono le
mani
e i molteplici carichi di nudi
e i molteplici carichi di nudi
Sono suoi i labirinti
I colori che si offrono
e i baci attraversati l’aspettano stanchi
negli orfani nudi
e i baci attraversati l’aspettano stanchi
negli orfani nudi
Negli insulti
Che perpetrano la fama
I demoni di un bicchiere di
vino
E i derelitti dalla pelle
graffiata
Si diverte la nostra Madame
Sofia
con i balli per orecchie frettolose:
la vita è una fila di muri
dove tutti si arrampicano o si lamentano
l’anima giace nel fegato
dove i buoni commensali
faranno il miracolo del forno.
con i balli per orecchie frettolose:
la vita è una fila di muri
dove tutti si arrampicano o si lamentano
l’anima giace nel fegato
dove i buoni commensali
faranno il miracolo del forno.
LOCA
Me han llamado loca
la loca de la luciérnaga en la lengua
Me tiran lluvia en tejados transparentes
piedras de pintados suplicios
Lavan mi rostro con sables
me arrojan los trapos, la mierda
mis piernas se recogen
las voces ahogan mis pulmones
La loca de la luciérnaga en la lengua
tiene algo que contarles:
Se han pronunciado los remiendos de los callos
parapetos de las uñas cortadas por la mitad
Los Puños en las tráqueas
son los amantes de mi morfina
pero ni los codos del odio
vacilan en mi garganta
lejanos están ellos
con sus decanas máscaras
que se oxidan en los venenos del día
MADAME SOFÍA
Señorona que cabalga los encuentros
con el fuego que revelan las manos
y las múltiples partidas de los nudos
Son suyos los laberintos
los colores que se ofrecen y los besos
Atravesados la esperan cansados
en los desnudos huérfanos
en los insultos
que perpetúan los renombres
los demonios de una copa de vino
y el desamparo de la piel rasgada
Se divierte nuestra Madame Sofía
con las danzas de oídos apresurados:
la vida es un hilo de muros
donde todos se aferran o se lamentan
el alma yace en el hígado
donde los buenos comensales
arañan los espejismos del horno.
Me han llamado loca
la loca de la luciérnaga en la lengua
Me tiran lluvia en tejados transparentes
piedras de pintados suplicios
Lavan mi rostro con sables
me arrojan los trapos, la mierda
mis piernas se recogen
las voces ahogan mis pulmones
La loca de la luciérnaga en la lengua
tiene algo que contarles:
Se han pronunciado los remiendos de los callos
parapetos de las uñas cortadas por la mitad
Los Puños en las tráqueas
son los amantes de mi morfina
pero ni los codos del odio
vacilan en mi garganta
lejanos están ellos
con sus decanas máscaras
que se oxidan en los venenos del día
MADAME SOFÍA
Señorona que cabalga los encuentros
con el fuego que revelan las manos
y las múltiples partidas de los nudos
Son suyos los laberintos
los colores que se ofrecen y los besos
Atravesados la esperan cansados
en los desnudos huérfanos
en los insultos
que perpetúan los renombres
los demonios de una copa de vino
y el desamparo de la piel rasgada
Se divierte nuestra Madame Sofía
con las danzas de oídos apresurados:
la vida es un hilo de muros
donde todos se aferran o se lamentan
el alma yace en el hígado
donde los buenos comensales
arañan los espejismos del horno.
De libro " Cada vez que cobija el fuego". Ambivalente editorial